Existe un lugar en los bosques de Uganda, a unos 150 kilómetros de la capital, que esta aislado de cualquier sitio poblado y donde viven 55 pequeños huerfanos y niños abandonados. A pesar de su temprana edad, estas criaturas inocentes ya conocen el doloroso sabor del hambre, y aunque vemos sus enormes y encantadoras sonrisas frente a la cámara, en realidad, ellos rara vez sonríen. Es más, sus ojos lloran constantemente sin lágrimas … estas pobres almas lloran porque su vida esta llena de inseguridad y tristeza, cada día es una lucha por la supervivencia.

Todas las mañanas se despiertan rodeados de muchos más niños, que como ellos, por alguna razón desconocida se encuentran alli, … pero la verdad es que todo su ser siente una gran tristeza y desesperación, porque no tienen ni a mamá, ni a papá para abrazarlos, para darles lo que tanto necesita cada niño pequeño – amor, cariño, cuidado y protección… no lo tienen y nunca lo tendrán, porque su destino les asignó una vida difícil.

Además, estos niños viven en unas condiciones extremadamente duras. Para empezar, ni siquiera tienen agua limpia para beber y lavarse y por esto se enferman a menudo. El único alimento que tienen para llenar sus estómagos es la típica papilla «posho», que se prepara de maíz molido y frijoles, pero ni de ella hay suficiente para todos los días. El sabor de frutas y verduras es un lujo para ellos, y de carne no se puede ni hablar …

Viven en alquiler en unos edificios agrícolas sin electricidad, donde duermen entrelazados, debido a la falta de espacio. Todo lo que poseen es una camiseta en su espalda y muchos de ellos ni siquiera tienen un par de zapatos.

Nuestra ambición y objetivo es poder proporcionar a estos niños pobres y abandonados al menos la ración diaria de comida, que cuesta alrededor de 1 euro al día por niño, es decir, con 30 euros al mes se puede asegurar el alimento de un niño huérfano.

¡Ayúdanos a alimentarles y ayudarles a sobrevivir!